This is an interesting book written by Noam Chomsky and Ignacio Ramonet, which analyzes the nowadays society. It talks about groupthink vs. diverging thinking, dealing with the hierarchic system, which is based in the market economy and an imposed consensus, in depth. Also talks about how the power uses the technology, the mass media, the education system, propaganda, disinformation, persuation, social control, vigilance, coercion... just for getting a unitary thought, a pasive, manipulated society.
The book is very interesting as it deals with our actual society's mechanisms in depth and as it could help us to develope a critical thought about the use of the technology, the information and the communication media. So here you go a few interesting paragraphs of the book just for a bit of thinking:
" (...) no se da ninguna facilidad para que los individuos del rebaño desconcertado participen en la acción; sólo causarían problemas. Por ello, necesitamos algo que sirva para domesticar al rebaño perplejo; algo que viene a ser la nueva revolución en el arte de la democracia: la fabricación del consenso. Los medios de comunicación, las escuelas y la cultura popular tienen que estar divididos. La clase política y los responsables de tomar decisiones tienen que brindar algún sentido tolerable de realidad, aunque también tengan que inculcar las opiniones adecuadas. Aquí la premisa no declarada de forma explícita (...) tiene que ver con la cuestión de cómo se llega a obtener la autoridad para tomar decisiones. Por supuesto, la forma de obtenerla es sirviendo a la gente que tiene el poder real, que no es otra que los dueños de la sociedad, es decir, un grupo bastante reducido.
(...) Así, tenemos un sistema educacional, de carácter privado, dirigido a los hombres responsables, a la clase especializada, que han de ser adoctrinados en profundidad acerca de los valores e intereses del poder real, y del nexo corporativo que este mantiene con el Estado y lo que ello representa. Si pueden conseguirlo, podrán pasar a formar parte de la clase especializada. Al resto del rebaño desconcertado básicamente habrá que distraerlo y hacer que dirija su atención a cualquier otra cosa. Que nadie se meta en líos. Habrá que asegurarse que permanecen todos en su función de espectadores de la acción, liberando su carga de vez en cuando en algún que otro líder de entre los que tienen a su disposicicón para elegir (...) aquellos que poseen la capacidad lógica tienen que crear ilusiones necesarias y simplificaciones acentuadas desde el punto de vista emocional, con objeto de que los bobalicones ingenuos vayan más o menos tirando. Este principio se ha convertido en un elemento sustancial de la ciencia política contempránea.
(...) se dirigen mensajes (informaciones y canciones) permanentemente, por medio de cadenas de televisión conectadas por satélite, al conjunto del planeta. (...) mañana serán decenas, que influirán y trastornarán costumbres y culturas, ideas y debates. Y perturbarán como parásitos, modificarán o harán cortocircuito a la palabra de los gobernantes, así como a su conducta. (...) el hombre programado lo está también después de su nacimiento. Al lado de su familia, cuyo ascendiente ha disminuido, hay otras estructuras de normalización que desde muy pronto se hacen cargo de él. En primer lugar, la televisión, convertida en la principal canguro y la distracción primordial de los niños. (...) Muy pronto, la televisión impondrá los criterios emocionales como superiores a los argumentos racionales. (...) El abismo entre la racionalidad y la publicidad se ha ahondado tanto ahora (...) que es difícil recordar que alguna vez haya existido la relación entre ellas: Hoy, en la televisión publicitaria, las proposiciones de lógica son tan raras como la gente fea.
(...) los psicologos ya están advirtiendo sobre los peligros de la realidad virtual: El centro de la personalidad se resitua en un cuerpo virtual dotado de capacidades suprahumanas. Al regreso de ese viaje, el jugador podría sufrir una sensación de insignificancia, de soledad acrecentada dentro del mundo real. En última instancia, una exposición demasiado frecuente a la realidad virtual induciría a una verdadera descomposición psicológica, haciendo una sangría en las fuerzas vivas de la personalidad en beneficio de uno o varios mundos virtuales.
(...) Hay un cuarto concepto que se ha modificado y es fundamental: el de la verdad de la información. Ahora, un hecho es verdad no porque corresponda a criterios objetivos, rigurosos y verificados en sus fuentes, sino sencillamente porque otros medios de comunicación repiten las mismas afirmaciones y confirman. Si la televisión, partiendo de un despacho o de una imagen de agencia, presenta una noticia y la prensa escrita y luego la radio vuelven a dar esta noticia, eso basta para acreditarla como veraz. (...) Los medios de comunicación ya no saben distinguir, estructuralmente, lo verdadero de lo falso.
(...) Muchos ciudadanos consideran que, confortablemente instalados en el sofá de su salón y viendo en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos a base de imágenes fuertes, violentas y espectaculares, pueden informarse seriamente. Es un error mayúsculo, por tres razones: primero, porque el informativo televisado, estructurado como una ficción, no está hecho para informar, sino para distraer. A continuación, porque la sucesión rápida de noticias breves fragmentadas (...) produce un doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación. Y, finalmente, porque querer informarse sin esfuerzo es una ilusión que tiene que ver con el mito publicitario más que con la movilización cívica. Informarse cansa y a este precio el ciudadano adquiere el derecho de participar inteligentemente en la vida democrática.
(...) Gigantescas concentraciones están en curso entre los gigantes del teléfono, el cable, la informática, el vídeo y el cine. Se suceden compras y fusiones, movilizando decenas de millares de millones de dólares; dentro de cinco años, apenas quedarán una decena de empresas en la palestra... Algunos sueñan con un mercado perfecto de la información y la comunicación, totalmente integrado gracias a las redes electrónicas y de satélites, sin fronteras, funcionando en tiempo real y en permanencia; lo imaginan construido sobre el modelo del mercado de capitales y flujos financieros ininterrumpidos... (...) Este nuevo mecano comunicacional y el regreso de los monopolios inquietan, y con razón, a los ciudadanos. Se acuerdan de las advertencias lanzadas no hace tanto tiempo por George Orwell y Aldous Huxley (...) contra el falso progreso de un mundo administrado por un pensamiento único. Temen la posibilidad de un condicionamiento sutil de las mentalidades a escala planetaria. Dentro del esquema industrial que han concedido los patrones de las empresas del ocio, todos constatan que la información es ante todo considerada como una mercancía y que este carácter es, con mucho, más fuerte que la misión fundamental de los medios de comunicación: iluminar y enriquecer el debate democrático.
Esto suscita en ciertos ciudadanos una sumisión sin límites, una indiferencia que algunos llaman consenso. Y en otros, un sentimiento cada vez más consciente y violento de que la acumulación de abusos, manipulaciones, y vigilancias, al servicio de los nuevos poderes, amenaza con corromper la democracia. A riesgo de negar los principios y prácticas democráticas, los nuevos amos del mundo multiplican de este modo, con la complicidad de los Estados, las medidas preventivas de vigilancia, en especial de las poblaciones marginadas cada vez más numerosas por la crisis. Las herramientas futuristas de información y comunicación sirven más para el condicionamiento y el cerco de los ciudadanos que para su emancipación. ¿Es esto tolerable? Si nadie controla a los guardianes del nuevo orden social, ¿qué peligros para la democracia?"